lunes, 5 de diciembre de 2016

cruzamientos y aspavientos - versión a publicar-

    TÍTULO
Cruzamientos y aspavientos



                                                                                

Coincidencias.

Cualquier coincidencia con la ficción es pura realidad.
Cualquier realidad con la coincidencia es pura coincidencia.

















1.-
Trámite

La agónica maniobra
navegación
de litografías híbridas,
fermento duplicado,
crónica,
antagónica,
hiatus irreversible
de la difuminación
entre las tumbas.





2.-
En pie

Cacahuates en la sequía
Prorratean.
Prorratean
efímeros versos
de sal y abstinencia.



3.-
Atolón 

Atolón
(Arrecife coralino que circunda una laguna)
Pozo ciego de la fidelidad.
Brusco trasiego de la renombrada muerte
de estatuas de madréporas
y duendes azules.
Callejón sin salida de la infancia.

4.-
Espasmo

Vapor/
vapores/
va por esa/
besa/
pereza.
Gestión/ digestión/ digresión/ sensación.
Pirámide/
asfalto/
manto/
clámide.
Cedazo/saeta/zaranda/
filtro/ tamiz/
tamiz feliz.
5.-
El granjero oculto

Iniciales en la arena.
Estaqueado.
Amarrado.
Amalgamado.
Embestirá al viento con su sainete esotérico.
La tregua de un trabuco naranjero viola la paz del nido.
Lejos del mar.
Cerca de la niebla.






6.-
Breviario

Temeridad eclesiástica de querubines inermes
ataca,
taca, taca, taca…
Sombras lapidarias que pegan en el travesaño del relámpago.



7.-
Cruzamientos y aspavientos

El estuario remotísimo de la lengua primigenia
cruza
como una gacela herida
la calle del clarín asonante
y reza.
Tropieza con la divergencia en su confín perenne.
Rauda defrauda
cuanto apaciento.
Calor de hogar acoplado al yelmo somnoliento.






8.-
Aguacero

Dijo el aguacero: “Te espero hasta que pase la tormenta”.





9
Metralla
                                 “Por eso en el total, fracaso  de vivir,
                                  ni el tiro del final  te va a salir”
                                  Tango: Desencuentro    
                                  Letra: Cátulo Castillo Música: Aníbal Troilo

Desde la azotea: un número.
Desde el pabellón: un bisonte.
Desde los templos: un zarpazo.
Desde las cisternas: una plegaria.
Desde el corazón hundido: una soflama depredadora.
Desde la cuna: un señuelo.
Desde la metáfora: un rostro tiznado de alteridad.
Desde el subsuelo: un bostezo contagioso.
Desde la orgía: un relincho.
Desde el horizonte tenebroso: una indomable lujuria.      
Desde la furia sórdida: una metralla.









10
El bogavante


Como un crustáceo
apareado en las batientes del mar encrespado,
el dueño de la linterna mágica
juzga sagrado su utensilio similar al boscaje abominable.
Los cascabeles andrajosos
campanillean desde una pianola mestiza.
¿Qué nereida profanará al güelfo
ungido capitán de los denostados océanos personales?





11
Perdedores

Quien busca, encuentra;
quien olvida, pierde.





12.
Libertad

¡Viva la Libertad!
¡Vive la Libertad!
Bebe la Libertad,
Baba de Libertad,
Boba de Libertad.




13
Relato verídico, certísimo y fortísimo

Un tipo publica, con el aporte de sus lectores, una novela mediocre, y exclama:
"Hoy es un gran día para la Humanidad."
Fin del cuento.








15
Capítulo: Absurdidades

One.

Vacilar de sombras la tierra,
abrir una puerta
y echar a volar
como un zorzal asustado.

Two.

Pintar con el insomnio
las manos que
dibujen tu retrato.

Three.

Viraje inapropiable
de labios secos
entre luz y pantano.

Four

Propalar
retóricas remotas
y abstenerse.
Five.

Zurrar al papagayo:
ave
pez
planta
víbora
charlatán
o
denunciado.

Six.

En el cielo azul
hay un martillo/
en el martillo
una corona/
en la corona
una caída.

Momentito.
Aquí no ha pasado nada.





15.-
Trastrueque

Brújula chillona con dedos escandidos.
Torpor, torpeza, torcedura torcida de los tuertos.
Las malas yuntas se retoban
y obsesionan con la intrascendencia del destino.
Adulterio de los hipocampos.
Cambian, mudan, permutan y comercian
relicarios por chorizos colorados.
Confunden devenir con epopeya.
Confunden cóndores con adefesios glaciales.
Confunden la vida con la muerte
porque creen que vivir es una operación mercantil
y lucrativa.


16.-
Comentario poetizado sobre las nuevas tecnologías

Tengo blogs/
tengo facebook/
tengo twitter /
tengo instagram/
tuve flog/
tuve foros/
tengo I Pad/
tendré I Phone/
tengo página web-pyme/
tengo cientos de mails
en decenas de servidores,
cuya contraseña olvidé/
yo tuve cuenta en youtube
-adviértase la sutiliza del chiste-
tengo paciencia... /
impaciencia/
(de lo contrario ya habría matado a varios muchos)
y escribo como se me da la gana
porque para eso soy poeta.

No tengo móvil, pero tengo cortada.
No tengo celular, pero tengo muscular.
No tengo verdades,  pero razón  tengo.
No tengo corazón pero tengo auricular.

No tengo plata pero, vamos... así cualquiera.

tengo el vinilo... el vinilo...
el vinilo y el vinillo siempre andan juntos.

ah...y tengo si di
que es el único modo de tener.


17.
Suma

Suma y resuma,
suma y sigue,
sume, subsume,
consume,
rezuma y racimo,
amaracino en mora,
mejora que ahora
ya es hora,
resina, res ahúma,
Recemos.
aún res hemos,
ser: / semos /
ser: somos.
Somos sumos,
y zumos amáracos,
y humos atávicos
e insumos heráldicos.
Cenemos.
Cercenemos
La canción:

LOS GASTAPLUMAS



Somos los gastaplumas.

Nadamos bajo la espuma;
o pateas o te abrumas,
Vestidos de rugby en Pumas
entre tinieblas y brumas.

Somos los gastaplumas.

Novelarán nuestras plumas:
Manuscritos, restas, sumas
que insumas y que subsumas.
al frío del cortaplumas.

Somos los gastaplumas
del Montecristo de Dumas;
los habanos que te fumas
los platos del Gato Dumas
los manjares que consumas.

Somos los gastaplumas.

Juma el gallo y se despluma
ruma cúrcuma que agruma,
fuma, ahuma hasta que exhuma,
fuma, ahuma hasta que exhuma.

Somos los gastaplumas...




18

Cine o La Rosa Blanca
Die weiße Rose

El taller de Rosas blancas
trama una película en la que el protagonista
se llama Homero,
(significa: rehén de los directores del estudio,
o sea, los dioses de la pantalla,
pautada en Occidente).

Quizás, en el Monte Olimpo,
morada de los artistas,
no se aprueben sus hazañas.

La luz de las luciérnagas encendidas
seguirá rondando por la escenografía,
chistando secretos que destrocen su periplo,
en el territorio tortuoso
de un torbellino de electrones.






19
Rojez

En la cúspide del precario tinglado,
una mariposa de alas rotas
por las pezuñas de un gato,
montés, por definición académica,
negro por causa de su envidia estratégica.

En el ánfora de aguas claras
un cocodrilo bebé,
borbotea con su lengua de recién parido,
contra el bullicio silencioso
de una luna ingenua.

En el fondo,
mariposa, gato y cocodrilo se asemejan.
Disimulan sus naturalezas
efímeras e intocables,
tranquilos de existir encasillados,
y sin embargo,
se presienten como héroes,
en razón del movimiento perpetuo
que les dio vida.

No me avergüenzan sus comportamientos
tatuados por la especie,
sin prejuicios ni responsabilidad.
Inermes disparates del veedor subrepticio.

Y, sollozo, en cambio,
la hipocresía de las plagas orbitales
de tantos hombres y mujeres,
que juramentan su rojez,
en nombre de la Paz Mundial,
y terminarán vendiendo su aprecio
al costo de una bolsa de harina con gorgojos.


20
Metonimias raras

Calosfrío por el terror de la sangre.
Escalofrío por la emoción del túnel fantasma.
Velamen por los barcos a motor.
El vil metal por el vil dinero.
Tierra por un planeta con más agua que islas y continentes.
La pluma del cisne por la escritura mecánica.
Inconsciente por estúpido y estúpido por inconsciente.
Cociente por coeficiente (sin intelecciones intelectuales).
Coeficiente por Inteligencia, aunque nadie sepa qué es y todos la invoquen como propia.
Ausente con aviso por le exigiré una buena excusa.
Tal vez por Jamás sucederá.
Casi siempre por de vez en cuando.
De vez en cuando por casi nunca.
Y ni siquiera, por viceversa.



21
Coyuntura

La muerte como una coyuntura necesaria.
Pócima que alivia el regateo
de una vida estéril, quejumbrosa,
tiene una elocuencia perentoria,
doméstica y fatal.
No hay fines sin principios,
No hay cunas sin sepulcros.
No hay dar sin desquitar.

Solo existe la concupiscencia del hombre con su abismo.
El nítido guiño es un portento
flameando
más allá de la premura.





23
Azeite pra Garotos Podres

Oi, tudo bem com você?

La chomba tenía el perfume
del hombre cascado en la boda.
Barato rematan los sueños
que hieden en rancias botellas.
Portaba en su lengua una espada,
de esas que cortan el viento.
Su danza ni bella ni tosca
tornaba cansada del duelo.
Crepitan aún sus estigmas
impuestos sobre una partida.
Sus manos agitan untuosas
colectas de misa de gallo.
Prosperan las fuerzas del hombre
si alcanza una voz femenina
y queda morando en la bruma
una sola pregunta en su día:
Oi, tudo bem com você?





24
La humilde condición

Ser humilde no es callar
lo que uno vale o cree que vale.
Ser humilde es saber que no pertenecemos a la élite
que decide quien ha de valer
más que uno,
hasta que el mismo uno se convenza
de su impotente idoneidad creadora.

Abomino de derechas monárquicas
Y de  dictaduras tiránicas,
con ficción de campeones de la democracia.
Todos seremos El oro de los Tigres,
la rebelión de los Nosotros de Latino-américa
está a la vuelta de la esquina.

Escupiremos las bocas
de los violadores de sirenas
que relegan nuestros laureles,
a la cocina doméstica
con pollos muertos
sobre la asadera de metal
y cuelgan espejitos de colores
en los baños del subdesarrollo.

Ahora tenemos nombre y apellido,
edad, domicilio, huellas digitales,
exigimos nuestra parte en el botín.
No somos inmigrantes de este mundo.
Era hora de que algo nos pasase
a los desclasados de la historia oficial.



25
Aniversario
2001/ 2005

Ha pasado ya un año,
o dos, o cinco o nueve.
¿Qué importará ahora el tiempo?
La mañana estallaba con bombas y con muerte.
Los trenes despistaron vomitando su fuego.
Cielo chamuscado y sangre en nombre de Al Qaeda.
Un albañil escupe
mientras mira al infierno esperar primaveras.
No hay en el cielo pájaros ni rayitos de sol.
Heridos en combate,
víctimas en silencio y sensibles reporteros
explican la tragedia.

Las voces de los locos
que dicen la verdad,
pululan en el viento
-tampoco verás hongos putrefactos
que vengan a buscarnos-
Nostálgicos de guerra
han regado mi casa
con velos, con heridas,
pensamientos arteros
y un tango en la garganta de la musa confusa.

La infamia cede igual que la vida,
como la fiebre de los infantes.
El dolor sigue,
encuentra el eco de una mirada
amenazante y triste
ante el desaliento que dilapida la especie.











26
Técnica mixta:

Cuanto creíste que iba a terminar el odio
y abriste el picaporte de la vida serena,
olvidando la quemadura y el picor de la ortiga,
se encendió la fogata de aquellos
que avivan con rencor en las cenizas,
como es habitual
en estos tiempos infames.                            
A traición te estoquearon
los que muerden el anzuelo de la guerra,
y acedan, a precio módico,
contra viento y marea,
el oleaje de la paz de los viñedos.

No anheles el equilibrio de los santos
en la inmemorial crueldad de los tiranos.

Hay un tramado tibio y venturoso
que no pueden gozar sin sus manjares
servidos en el plato de los reyes,
sobando sus espaldas con minutas
freídas en la grasa de sus pares.

Qué hubiera sido de la literatura
sin estos alicates,
alimañas
que mutilan la luna
con ácidos de insomnio.
Qué hubiera sido sin esta transparencia
ariete de la cuña del eclipse,
sin el estafador,
sin estos ciegos
que aspiran a llenar sus billeteras
con yermos mecanismos por consigna.
Qué hubiera sido del grado coactivo,
la ilusión necesaria
del nombre deletreado,
sin tanto nocturnal que se desploma
como un cuenco de metal
con puntos suspensivos en la diáspora.
Las conjeturas potenciales
deben ser permutaciones vacías
vestidas de oscuro,
para estos animalitos de Dios,
que prosperan como larvas venenosas.
En la causalidad está el indicio
de fúnebre sequía cuando llueve.





27.
Ascesis

Si el tiempo fuera un exilio apolillado,
una hecatombe hueca,
una evidencia que exuda humores y sangre
por los poros;
si hubiera zafiedad en el genio
y un propósito sacudido
debajo de las crines de una ascesis
poco o sumamente conveniente,             
argumentaría desprecio por la virtud,
me calzaría en una piel de lagarto
en llamas,
y trocearía el níspero amarillento
de ferias y mercados,
con la nocturnidad convicta
del buhonero que despelleja chucherías,
memez y bagatelas,
bajo los tinglados de su tienda.
Y sin decir ni mu,
juraría
que soy más ingenua de lo que soy
o parezco.



28
La musa de Dalí

De espalda al Universo rescatada,
oculta su expresión de amada inerte,
una musa que estaba acostumbrada
a ser sombra de Onán, hasta la muerte,

con apego ritual se nos subvierte
en arpa salvadora de la Nada.
Desgrana desazón y echa a la suerte
la trama del revés de la mirada.

Dalí la escamotea, por los celos.
Tapa el rostro, con manto presuntuoso
de repudio andaluz, al invasor.

El grito de la viuda está en los cielos,
vengándose del genio de su esposo,
para que nadie alegue que fue amor.







29
La travesura

Como es el mapamundi una imprudencia,
un simple pied-a-terre de los fantasmas,
minúsculo mojón de una galaxia
que solo Dios sabrá…
me cubro con banderas de insurgentes,
contemplo mi herradura y mi amuleto,
con suave taquicardia,
y en pleno mediodía, hago abluciones,
desasosiego intenso y turbias ganas,
elucubrando
que estoy en otro tiempo de la historia,
viajando entre pasados y futuros,
batiéndome en ataques
con bancos de pirañas de hirsuta cabellera
o ardiendo en archipiélagos
con nombres de individuos
que sorben biberones con porfía de atletas:

Pessoa, Samaniego,
Keats, Coleridge, Tim Jones o Garcilaso.

Y todo es tan extraño,
tan vivo y tan caliente,
que apenas me sostengo ante esta travesura,
relámpago de un sueño intraducible
al dialecto de los cronistas
del berrido de siervos reclutados.
Demás está agregar,
a quemarropa,
que mi ansiedad no calma,
aturdida en cuadernos de bocetos
que nunca llegarán a ser poemas.






30
Hombre (26 versos)

Hombre tatuado en la espalda,
el síntoma indefinible
en transverberación mundana.
Báscula por terciopelo,
suplicio de piel arcaica.
Susceptible, susceptible
Máscara en relieve báquico,
rebosamiento y botana.
Exánime cabildeo.
Barniz de perfil acuático:
Mar y ajo, tierra y mimbre,
Catedral de unción de alas
contra tornados de viento.

Te debía estas estrofas,
aguda sal de las pampas,
Equinoccio de compases
al compás de pez y raya,
cifrada en occidentales
equívocos de la infamia.
Licor de gustos exóticos
en el bar de los vocablos.
Salud, verdad, par con cielo,
musical juego entusiasta,
Colibrí al revés, machete,
compañero  compañero,
Alud de los epigramas.










31.
Mujer

Herida al corazón.
Buena noticia.
Estampa sucedánea.
Providencia. Paraguas.
Escollera del sol.
Oleaje sin remedio.
Ánfora insigne.
Prologuista del cuento.
Antibiótico de almas.
Floración del otoño.
Alegoría. Insania.
Violín de cuerdas rotas.
Lectora de novela inverosímil.
Laguna condensada.
Resaca del borracho.
Aedo. Antifaz. Hielo.
Fruición de la elocuencia.
Molino del Quijote.
Ventosa. Cataplasma.
Tauromaquia del lance.
Chirigota de un dios.
Hebra del viento.
Algarrobo.
Pamplina de canarios.
Comezón. Urticaria.
Carrusel.
Acuarela.
Ditirambo gozoso.
Cresta de la explanada.
Semilla. Pulpa. Fruta.
Oro. Sepia. Turquesa.
Vestal desesperada.
Canción para el domingo.
Doctrina apostrofada.
Rincón. Madera. Nervio.
Zumbona. Paliativo.
Llanto sin lágrimas.
Ladrón de guante blanco.
Cesura huidiza de bohemia canalla.
Andina criatura.
Modélica. Retruécano.
Felina amancebada.
La novia del diablo.
La madre acuchillada.
Fugitiva tormenta.
Diosa del Hades. Cólera.
Matorral. Corderita.
La rosa ensalivada.
Dique. Alondra. Paisaje.
Corpiños con encaje.
Polen de trigo.
Almendra.
Savia. Golem. Belleza.
Antítesis del hambre.
Paloma amordazada.
Paradoja. Proeza.
Algoritmo de nubes.
Mutual.
Copa de vino.
Cristal.
Piel. Redundancia.
Con cierto desconcierto.
Erótica. Selvática.
Riñones del poeta.
Mitológico Grifo.
Telescopio de Marte.
Tregua. Caos. Ovillo.
La Maja desnudada.
Traidora de los presos
expertos en escapes.
Hoz. Martillo. Guadaña.
Suburbio. Mar. Leyenda.
El empeño de amarte.
Centinela. Guardiana.
Morena vehemencia.
Diluvio. Partitura.
Afuera/adentro/ al lado.
Sotana purpurada.
Testigo. Amor. Intríngulis.
Sortija. Centinela.
La tácita nostalgia.
Almohada de los besos.
Resorte. Gubia. Cábala.
Bargueño con herrajes.
San Telmo. Casablanca.
Subrepción del gerundio.
Refutación. Hornalla.
Madrastra. Cenicienta.
Dedal de los enanos.
Incertidumbre. Danza.
Conjetura del cielo.
Desvelo. Benjamina.
Manual de noches largas.
Adiós. Adioses. Yunque.
Mareas. Triquiñuela.



32





33
Fisuras anales

Como Eros siempre ha sido
el demonio encarnado
y es más desagradable que el insulto
que profiere el ignorante
que no sabe que lo es,
la Buena Sabiduría
se aparta de los rústicos plebeyos,
por cuya vena ácrata y vulgar
se delata la humillación de arrodillarse
ante el prestamista bautismal de los herejes.
El ángulo y el lado se confunden
en una atónita coreografía
de exangües secreciones cochambrosas
que exhalan los alientos embozados.
Lo bíblico y lo impúdico hacen fiesta
a lo largo y lo ancho de la costa.
El verde del lagarto, espada roja
de las caballerías apostólicas,
sursum corda.
Nadie comete asombro en los rituales
de voluptuosidades u opulencia
en vaga perspectiva.
En la penumbra todo es raro,
mas, cuando hay brillo, indefectible.
Las fisuras del tiempo son anales
que ocultan cardenales o hemorroides
debajo del secreto de conciencia.
El patíbulo es breviario del infierno.
Las huellas del sudario: el despilfarro
de las blancas fumatas vaticanas,
ante mudos auspicios del narcótico
que clama su derecho al genocidio.
Descubrir el bálsamo que cure a los imbéciles
pertenece a la orden de la Alquimia.
La épica que canta este poema
no es sino otro episodio disidente
contra el sanctasanctórum de la carne
germinada en infames linotipias.
No obstante, existe el Ser
que los perdona,
que ve en la oscuridad de los recintos,
con luz de una libélula argentina
y le quita las costras al blindado,
sin dudar que su voz será escuchada
por atentos corderos doloridos
del estigma del hijo y de su madre.





34
Tempus lugendi


Tempus lugendi
Tal vez me  reconozca como a un
burro amarrado en el Perú.
Nostalgia de quijotes sin locura.
Yo era...
era
deductiva e inductivamente
feliz.
Mírenme ahora.
Presumir que no sé lo que no ignoro.
Palpitar de contextos.
Ectoplasma.
Hablamos el idioma trascendente
utilizando ladrillos similares
para construir nuevos muros,
nuevos marcos
con canción en los baños
y a la izquierda.
Porque ser raro es un derecho
que vive en una idea y se consume.
Excepto confusión
no hay nada nuevo.
Hace falta una cruzada
¿cruzada?
que venga a resolver los jeroglíficos.
La unidimensionalidad del espejo
latiendo insobornable
en la humedad de los pastos mojados,
me señala entre sombras la partida.
El nudo gordiano del solipsismo terco
se exhibe pornográficamente
con nombre y apellido,
que para eso somos el cadáver de nosotros mismos
y el juego es perdonar que hemos amado,
y el juego es olvidar que hemos gozado,
apenas pioneros de la resolución acontecida
sin secretos ni pasamontañas,
sin tapujos ni culebras arrastrándose en el cemento.
Ojalá fuéramos inmortales y tales.
Que no nos vuelvan a quitar el plato vacío
cuando el aroma de la salsa lo perfuma.
Por el momento,  no decido morir
-aunque bien podría-
este jueves santo de París con aguacero
porque París era una fiesta cuando estabas
y las campanas
de lo perdido también doblan por mí,
cuando te pienso.


35
Paradojas / Falsificaciones

Hablando de estrategias y locuras,
la causa se convierte en enunciado
y el índice de manos con que esculpen
artistas, necios, roncos y profanos,
vetusta sordidez
de emblemas y oropeles,
arraiga con misiones sublimadas
la fatua insensatez del esqueleto.

La lente falsifica en los retratos,
la cámara luctuosa es el milagro,
el tropo traslaticio, un argumento:
la génesis de cada consecuencia
denota hipocresía.

Copiador y copiado son el mismo
verídico estatuto ornamental
de ríos secos.
Transparencia borrosa,
derrame de una ofrenda
que contradice el trueque,
exorcismo de un desmantelamiento,
que cede a los rigores del cacique
cerbatanas de un plagio.

Usurpador y usurpado han expoliado
la corteza de un velo descorrido
con furor espectral
entre agitados himnos
de tinta libre e indeleble.
Gestaron en su idilio
cognación de las sílabas esquivas
que el hombre ha pronunciado:
El terror a la muerte.

Concepto disidente del autismo.
Paréntesis del signo, con su rumia
de advenimiento al mundo y lo creado,
en episodios que van en retahíla,
con rastros de una imagen de concepción virtuosa.
El ríspido pecado original
contra prebendas de magistratura,
como los lirios de Santa Lucía
con flores azules y blancas
que siembran en el pecho escaparates.
36
Leyes argentinas


No sé.
Silencio.
No me consta.
Silencio.
Me amparo en las garantías constitucionales.
Silencio.
No es mi firma.
Silencio.
No era yo.
Silencio.
Jamás lo vi.
Silencio.
No los conozco.
Silencio.
Niego todo.
Silencio.
No era mi voz.
Silencio.
Lo sacaron de contexto.
Silencio.
No voy a declarar.
Silencio.

Sobreseído por falta de mérito.





37
Confidencia

“Somos nuestros propios demonios,
nos expulsamos de nuestro paraíso”
Las cuitas del joven Werther. J. W. von Goethe.

La noche, con sombrío velo,
mascarada,
acicatea nuestros emblemas legionarios.
Deambula.
Desespera.
No tengo alma que me pertenezca
ni estoy contenta.
No me seducen las tropicales brisas
de la alborada.
Bailo la milonga de los entresuelos
frente a bibliotecas afligidas.
No tengo amigos insepultos.
Ni aliados ni adversarios tengo.
No tengo discípulos que me esclavicen
ni calcetines ni tiburones,
ni amargas noches ni noches negras.
No tengo sed.
No tengo deudas.
No tengo plasma.
No sueño pesadillas de lavabo.
Llegar a ver a Dios
es mi pesimismo
y mi mortaja.
No tengo afanes de meretrices,
ni lectores inocentes,
lo digo sin sentir vergüenza.
No estoy demasiado lejos
de los muertos opulentos,
de los pobres muertos encadenados.
Sin embargo: Alerta Rojo.
No puedo dormirme todavía
Ignoro el porqué.
El demonio es plural, dice San Lucas.
La oscuridad nimba y me estalla.

38
Una ecuación no resuelta

Una ecuación no resuelta:
una identidad multiplicada
en fractales
y sin método,
por un hombre que es miles de hombres.
Su celibato me duele en carne propia.
El esférico universo se proclama
desde un crucifijo,
con los brazos abiertos,
sin deudas ni rencores.
39
Envidia (trova)
                                                A cierta expresidente argentina.




Cuando exuda por los poros
la retórica perfidia
de quien roba los tesoros
de los pobres, hay envidia.





40
El hombre primitivo

El dolor es imperativo.
Sigmund Freud.

El hombre primitivo no conoce
prebendas, majestad, soberanías;
su pánico es aullido de las bestias,
su libertad, cautiverio de leyes.
El hombre primitivo no fornica,
no sabe qué es robar;
codicia la belleza irrefutable,
contradice la lógica euclidiana,
ignora que en el fuego hay un secreto
de metales, neurosis y armamentos.
No analiza la vida.
La contempla.
Su existencia es un puro pacer
y defenderse;
no solloza ante sus crías famélicas
ni escarmienta.

El salvaje es hostil al alegato,
al vuelo de un abrazo de paloma,
al verso del poeta dolorido.
Ignora los tabúes y etiquetas.
No silba, no pregona,
no encarrila.
Se abastece de lluvias y raíces
y si enfrenta algún demonio
lo respeta.

A decir verdad,
a veces lo controlo,
le ordeno que se calle o se someta
a ceremonias rituales implacables
del ínclito presente manifiesto,
que se lave los dientes,
que peine su angustiosa cabellera,
que olvide sus memorias de inconsciencia,
que se calme, se excite o se comporte,
que acepte que es mortal en apariencia,
que sea responsable de sus actos,
que firme rendición con los engaños,
que asista a funerales
y que mienta.

El hombre primitivo se acobarda.
No entiende mis idiomas ni discursos.
El dictamen del juez de infantil actitud
lo desconcierta.
Es hijo de mi padre y de mi madre.
Está dentro de mí: es Lucía Angélica
pugnando por salir de su escondite,
caníbal, antropófaga, incompleta.

Agazapada en vísceras y en nervios,
en dos cuerdas vocales sin creencias,
lo injusto de morir no me perturba.
Su tendencia a escapar nos desespera




41
Hijuela
Quien participa en el caudal del polvo,
que heredamos los nietos del dialecto,
bajado de los barcos,
en tercera,
con los bolsillos llenos de promesas
que atestiguan carencias y pudores,
exhorta al escozor;
igual que los turbios rescoldos
de brasa refractaria a las pasiones,
que queman con su fuego el vaciadero
del anticuerpo inmune,
que debe restañar la sangre
vacilante
del amor circunscripto a postulado y
prestidigitación.
Somos simples tablones de los aserraderos,
con diferentes tintes y tamaños.
Para construir muebles, hemos matado al árbol.
Para sembrar el árbol, mordimos la semilla.
La semilla del fruto,
despojado de su carne mollar,
nos dará sombra,
mientras nosotros aprendemos
a enunciar oraciones
gramaticalmente incorrectas;
invirtiendo en lunfardos de lenguas populares;
pagando en efectivo las minutas;
la venda que nos cubre
la flema y la paloma.

Hemorragia insensata por doquiera:
Adquirimos vocablos que nos sirven
para denominar al gran (Ob) Servador,
adjetivo poético de Júpiter.

La fuga de cerebros ceñida a los estrados,
donde una hijuela rompe un inventario
de bienes y de ruinas,
es una fórmula cargada de triquiñuelas,
de evasiones que desplomaron
a contraluz
su correlato: Zona franca.

Agrura esclavizada en estridencias
de “los descamisados de alpargatas”
y blondos “nenes de mamá”
que recitan discursos rutilantes,
importados de Cuba,
fabricados en las mismas tienditas
del macarrónico mercado
que exporta bancos, tiempos de hamburguesa,
malestar, bufos, mimos, cocaína,
resonancia de Hollywood,
guerra virtual, ciclones, hecatombes,
sexo, trompeta, saxo y clarinete.

Un mundo amarillento,
adoctrinado
por propaganda y lluvia a goterones,
con gemidos de turba
que rastrea al bisonte de Altamira,
y enjuga testamentos como ofrenda.

Juntos hemos creado los abismos
más horrendos,
que separan al ángulo y su espejo.

Juntos van a pastar nuestros futuros,
que marchan juntos,
con una mano atrás y otra delante.









42
Libertinaje

En el umbral de las palabras,
del lenguaje gestual
o la experiencia
hay una zona gris del pensamiento
en la que mora asustada
la libertad
con su manía de definición,
su despertar instintos,
sus derechos.

No hay nadie que presuma que ella existe,
ni nadie que descrea que esclavice
con su voz seductora de anfitriona
del palacio sutil de la conciencia,
la vitrina hecha añicos
de la especie animal.
Su excusa y desenfreno manifiestan
que incluye un requisito inexpugnable
en todo amoldamiento;
preconcebir la inicua contracara
de la hermética fe
que la ha prologado,
un vicio del que pocos hoy se acuerdan
que avanza lento como la hormiguita
atestada de lemas y zalemas,
y se instala en el nauseoso altar de la inminencia
que prefija amenaza
insistiendo en vulgares parecidos:

Libertinaje.
Ronquido escandaloso,
la grieta irresponsable,
el brindis de un Satán desvencijado
con frondoso historial de malas artes,
chauvinismo de una patria que excede
la audaz frontera del conflicto.

La palabra –se ha dicho- no es la cosa.
Pero, ¿cabe dudar que no lo fuera?
¿Es solo el ofertorio de un estado
de plena convicción y raciocinio?
¿Está en el núcleo de la espiga el trigo
o apenas su entrevero imaginado?
Ser libre es ser feliz.
Su pantomima
es el sable que empuña, en la emergencia,
su despropósito;
Libertinaje es visión;
el frenético barro en la cuneta,
en que mete su pies el disoluto;
el estado de angustia ante el deseo
de ser el Inmortal superviviente;
el poderoso monstruo
del reglamento aún desconocido.

La libertad está colmada de absoluto.
Es obra de los rangos superiores,
la secreta censura de los labios,
la savia de los árboles;
señal de acercamiento
del yerro y la magistratura.

El libertinaje, en cambio,
sin venda, por la ley totalitaria,
ofrece tentaciones infinitas,
en la huella perdida de lo ilícito.

Salgamos en rescate heroico,
del sustantivo oculto de sus fines.
cumpliendo una misión de humilde ética,
evitando negar sus corolarios,
que no por innombrables,
se tornan ilusorios.





43
Confusiones
                                            A fray Luis de León

Dicen que la Vida es Poesía,
un carnaval de caras y caretas,
Dicen que la Vida está en la Mente
de los sueños que amasan los poetas.

Dicen que es verdad lo que es mentira,
porque siempre es letal renunciamiento.
Dicen que es un pozo y una sombra
una argucia y un velo, un escarmiento.

La firma de la Vida
es el gancho que agrego al documento.
La voz a ti debida.
La manzana mordida.
La Torre de Babel y el pensamiento.

La lección de Derecho.
La huella sospechada en la laguna.
El borde contrahecho.
Tu mirada en mi pecho.
La Summa teológica y la cuna.

La noble encarnación
con veleidad de viejos exiliados,
las flores de estación,
la fe por la oración,
el aullido de los enamorados.

La Vida es la Retórica.
Lo que quieras sentir con la metáfora
de su canción folclórica.
La Vida es categórica:
Ser en su muda esencia: hueca anáfora. 
--

44-
Fría madrugada

Yo no sé qué escribí.
Lo habré olvidado.
Acaso nunca he escrito ni una sola línea
que no hubiera sido preconcebida
en la transmigración,
sobre el pasto y la tierra bajo el cielo escaldado,
en las tibias arenas de las playas,
con hedores velados por el heroico enjambre
de los antecesores de la especie.
Habré olvidado, también,
que previo al malestar de este presente,
la mente
se ocupó de entender por qué hay misterios
inapresables, fatuos y caóticos,
que viven en el fondo submarino,
al que no llega sol ni luz alguna.

No intento la catarsis de un poema,
ni busco un despertar de la inocencia.    
Modestamente, apelo a ciertos cánones,
para que sepas
que
me desvelo en la fría madrugada,
de mi barrio cetrino en las afueras,
salvado de las aguas que desbordan cloacas
en una inundación de pesadilla,
pensando en vos y en la canción ridícula,
que aunque nos parezca superficial o fácil,
deletrea tu nombre
que engasta en el recuerdo de tu ausencia,
como piedra preciosa en una joya,
oráculo de brujos sin señales.







45
Los broncos nubarrones.

Admito haber vivido equivocada,
cruzando las fronteras del destierro
con una camiseta imaginaria.

Procuro crear cauce en anaqueles
colmados de estaciones y de Biblias,
tensando morbidez y desaliento.

Admito presidir tu dormitorio
vestida con piyama de sedas naturales
y andar por la escalera con pantuflas.

Procuro ser la párvula inocente
que construye epicentros.
En la próxima vida serán gestos.

Admito que procuro no soñar
los instantes del flash
en que piden perdón tus ojos sin respuesta.

Procuro no perderte pero admito
que la lluvia sonámbula de hoy
es como un torbellino inexpugnable.

No puedo persuadir al aguacero
que nuestra avellaneda está asolada,
enferma de humedad,

adolecida de ángeles y estrellas,
de tanto andar hurgando por tu sombra,
a la intemperie,
bajo oscuros y broncos nubarrones.



46
Lo duro y lo blando

Lo duro y lo blando //
¿duro o blando?
¿blando o duro? //
duro / duro /
de durar /
blando / blando…
como el agua blanda
de naranjo en flor /
naranjo en fruto /
naranjo en el color
de la naranjada /
naranja /
hada /
gracias / de nada /
blando //
entonces, como hablando /
y duro de oro /
oro de orar:
rezar / abogar / exhortar /
me ablando /
blando como blanco /
duro como piel dura /
nada dura /
mejor blando /
blandura /
la blandura dura /
dura y dura como una pila
de duracell /
cell: célula / celda /
cell: ser una célula en prisión /
¿dura o blanda? /
ser o no ser / ésa es la cuestión /
cuestión que perdura //
y ablanda a-blonda /
como rubia blonidinense /
tengo un blondo hondo /
que es naranja /
color y complementario /
del azul del cielo /
del azul del mar /
mar de martes /
de miércoles de gris ceniza /
mas sin ceniza /
ni Cenicienta /
ni Rey / ni mar / ni duro /
ni opaco /
ni suplementario /
del ángulo complementario /
con blanda ceniza del tiento /
del tiempo y del horario /
del oscuro escenario/
del diario vivir //
¿blando o duro?
duro ablando /
los tiempos son duros /
los tientos son blancos //
hay que elegir el color de la tiza
del tiempo / que atiza
su textura / su tersura /
su arco iris de bravura /
a ultranza /
con cuerpo y mente /
duramente /
mentalmente hablando
sin detener el reloj /
entrando en su grieta blanda
e infinita-mente blonda /
de un blando blanco a su lado /
iluminado por grises naranjos /
y con negros matices azulinos /
para que todos sean felices
y coman perdices /
echando raíces /
sin perder la vida
en las opciones de la vida /
para acceder sin prisa y sin tardanza /
al misterio blando de Dios.



47
vivir al límite

vivir al límite
al límite de qué

la tesis
la prótesis
la sintaxis tóxica

un perro cagó en mi vereda
esta mañana

Lutero era un monje erudito
en Wittenberg vendía indulgencias

Terzel descubriendo a Freud
el arte de la persuasión
precediéndolos

la retórica tomista
procediendo
financió la basílica de San Pedro de Roma
cediendo

el arte financiado por el arte mismo

la tesis
la antítesis
la prótesis pírrica

el perro
los perros
los barriles del cinismo

los debates académicos
los bulos
las bulas
la quema de los libros

el artista
los límites del arte
la rebaja de las bibliotecas
los excrementos arrojados a las vías
por un ataque en el andén
el tren partiendo
los brazos partidos
las férulas
las farolas
los fueros

un perro cagó en mi vereda
esta mañana

una mujer fracturada por dos vagos
la mentira de la mañana
etiquetada en el periódico diario
de la zona

la sentencia
la penitencia

vivir al límite
¿y qué?






Lujo

Dio clases para aprender a pensar.
Cobró carísimo.
Pensar fue siempre un lujo para pocos.






Entresijos del amor oculto.

Enmudece la noche como un sarcófago bruñido.
Se prepara la última estrella
para despuntar la aurora en su rosada hermosura.
Todas las olas del cielo se apagan.
Todas menos una,
que no admite mestizaje en su contingencia.
La realidad alberga soles que no vemos,
y el alma no es un slogan de los poetas estúpidos.
Ni una mentira más soporta la insípida cartelera.
La experiencia del ser clama contra la ruindad
de los peligrosos cobardes.
Si es tiempo de Luz, habrá Justicia en la Sombra.
“Dios nunca abandona a sus fieles”, dije.
Fue escrito por uno de los nuestros, hace milenios,
en un salmo cuyo número no recuerdo bien,
y se persigna el diablo ante mi falta de memoria.

 
El lago y yo

Un lago atardecido en el desierto
aguarda su bautismo,
con delgadez continua de ornamentas.
Ni ha conocido formas de belleza
ni conseguirá permiso de trabajo.
Su plan viaja en frecuencia modulada
hacia el refugio,
cuando, de repente, nos vemos,
la una frente al otro, sine die,
en camino de ascenso hacia la nube
que ha tornado a cumplir su trayectoria
cruzando deltas de caleta y mares,
al abrigo de cortos pantalones.
El lago y yo buscamos ese cráter
del que surge el decurso de la vida.
Pisamos las cenizas
soñando con rodeos de pastizales verdes,
racimos arrancados de la cartografía
y el paso acantilado que nos lleve
al grupo de autobuses que nos dejó varados,
en situación de espera de nuevos colectivos,
al yacimiento del radiante estanque
que confunde el oasis con el río,
con tierna corrección reparadora.




El croquis frutal de la aurora

Por ocultar desfachateces
se hicieron cargo del exterminio y de la risa,
mientras clamaban mutis por el foro
y cerraban el pico.
Se aliaron a las grillas poderosas
aunque vieran  llover tras las ventanas.

Ahora, es lo que queda:
el destello de una defensa
y la certeza de que se actúa
bajo amortiguadas convicciones,
y no para pagar un costo atávico,
porque no hay que cambiar de camiseta
y saltar a tierra firme,
ni siquiera cuando el barco
se está hundiendo,
manchada su epidermis por la tormenta cadavérica.

El pueblo necesita guías,
líderes,
espíritus que los lleven a la gloria.
Volvamos a dibujar el mundo
con crayones de niño en kindergarten,
Ya ves. Me siento fuerte
cuando te tengo al lado,
rozando tu mano señorial
el croquis frutal de la aurora.
Si la propiedad no existe
me pido vivir en la mansión,
no en la choza.
Si  hay un amor que existe
cabe en esta gotera.




La hora del ave


La sangre de la tumba está chorreando
en los altillos de los propietarios.
Desdeñosos los teléfonos arden.
En el Cabildo Abierto
los cónsules disputan sus truncas colecciones
maltratadas por pueblos sin prosapia,
clamando su desaire.
Se atenta en la tragedia de Rosario
con mensajes de  runas obsoletas,
que exhiben copa, basto,
oro y espada
por ver como se mancha en las libretas
protocolo de tarifas y vagos resplandores
del fuego artificial del escenario.
Sigo el rastro brumoso, consumado
para ornar
cada una
de tus uñas comidas por la angustia,
limarlas y esmaltarlas,
con saliva de guerra enamorada.
Te adora mi inconsciencia de poeta,
entre muros ahumados,
tañidos de campanas y flautines,
hueso exvoto.
Rotunda de cadáveres te amo,
con pupilas de lumbre pretenciosa,
por la muerte que llamamos vejez,
la edad de adultos seniles
semejantes a críos con pañales
y biberón lactante.
Casi nada.
Te quise en el instante del derrumbe,
gloriosamente humano de cenizas,
buscándote en  ladrillos interdictos
que arrastran represalias.
Sin descanso me esfumo en la tiniebla.
Te amo de memoria
sobre destartaladas camas,
acre aliento entre sábanas de hilo,
para envidia de Venus,
como una madre desesperanzada.
No hay capricho en los ayes del herido,
que quepan en los sueños
con luces apagadas.
Cuando germinan los mejores versos
y el tintero está seco, de repente,
se acaban los famélicos permisos
de salida de presos  del sistema;
la vanidad jadea ante los vidrios
la incipiente noción del  egoísmo.
La estruendosa ronquera nos inquieta.
Se  encienden las alarmas.



Mate




Mate.
Espuma verde
de yerba lavada,
en el Río de los sin Plata.









Coda


Lujo

Dio clases para aprender a pensar.
Cobró carísimo.
Pensar fue siempre un lujo para pocos.


“Las apuestas inútiles”
                                                             LES PARIS STUPIDES

                                                         Un certain Blaise Pascal
                                                        etc… etc…



No se apuesta contra Dios
porque conoce el resultado de antemano.