sábado, 1 de junio de 2013

cruzamientos y aspavientos - Work in progress

Work in progress 


1.-
TRÁMITE

La agónica maniobra
navegación
de litografías híbridas,
fermento duplicado,
crónica,
antagónica,
hiatus irreversible
de la difuminación
entre las tumbas.



2.-

EN PIE


Cacahuates en la sequía
Prorratean.
Prorratean
efímeros versos
de sal y abstinencia.

3.-
ATOLÓN.

(Arrecife coralino que circunda una laguna)

Pozo ciego de la fidelidad.
Brusco trasiego de la renombrada muerte
de estatuas de madréporas
y duendes azules.
Callejón sin salida de la infancia.



4.-
ESPASMO

Vapor/
vapores/
va por ésa/
besa/
pereza.
Gestión/ digestión/ digresión/ sensación.

Pirámide/
asfalto/
manto/
clámide.

Cedazo/saeta/zaranda/filtro/

tamiz/ tamiz feliz.



5.-
EL GRANJERO OCULTO

Iniciales en la arena.
Estaqueado.
Amarrado.
Amalgamado.
Embestirá al viento con su sainete esotérico.
La tregua de un trabuco naranjero viola la paz del nido.
Lejos del mar.
Cerca de la niebla.

6.-
BREVIARIO

Temeridad eclesiástica de querubines inermes
atacan,
taca, taca, taca…
Sombras lapidarias que pegan en el travesaño del relámpago.


7.-
CRUZAMIENTOS Y ASPAVIENTOS

El estuario remotísimo de la lengua primigenia
cruza
como una gacela herida
la calle del clarín asonante
y reza.
Tropieza con la divergencia en su confín perenne.
Rauda defrauda
cuanto apaciento.
Calor de hogar acoplado al yelmo somnoliento.


8.-
METRALLA
“Por eso en el fatal, fracaso de vivir, ni el tiro del final te va a salir”
(tango)


Desde la azotea: un número.
Desde el pabellón: un bisonte.
Desde los templos: un zarpazo.
Desde las cisternas: una plegaria.
Desde el corazón hundido: una soflama depredadora.
Desde la cuna: un señuelo.
Desde la metáfora: un rostro tiznado de alteridad.
Desde el subsuelo: un bostezo contagioso.
Desde la orgía: un relincho.
Desde el horizonte tenebroso: una indomable lujuria.
Desde la furia sórdida: una metralla.


9.-
EL BOGAVANTE

Como un crustáceo
apareado en las batientes del mar encrespado,
el dueño de la linterna mágica
juzga sagrado su utensilio similar al boscaje abominable.
Los cascabeles andrajosos
campanillean desde una pianola mestiza.
¿Qué nereida profanará al güelfo
ungido capitán de los denostados océanos personales?


10.-
PERDEDORES.

Quien busca, encuentra.
Y quien olvida, pierde.

11.-

LIBERTAD
¡Viva la Libertad!
¡Vive la Libertad!

12.-
RELATO CERTÍSIMO Y FORTÍSIMO.

Un tipo publica, con el aporte de sus lectores, una novela mediocre, y exclama:
"Hoy es un gran día para la Humanidad."
 Fin del cuento.

13

CAPÍTULO: ABSURDIDADES

One.
Vacilar de sombras la tierra,
abrir una puerta
y echar a volar
como un zorzal asustado.

Two.
Pintar con el insomnio
las manos que
dibujen tu retrato.


Three.
Viraje inapropiable
de labios secos
entre luz y pantano.

Four
Propalar
retóricas remotas
y abstenerse.

Five.
Zurrar al papagayo:
ave
pez
planta
víbora
charlatán
o
denunciador

Six.
En el cielo azul
hay un martillo/
en el martillo
una corona/
en la corona
una caída.

Momentito.
Aquí no ha pasado nada.

14.-
AGUACERO.
Dijo el aguacero: “Te espero hasta que pase la tormenta”.

15.-
TRASTRUEQUE

Brújula chillona con dedos escandidos.
Torpor, torpeza, torcedura torcida de los tuertos.
Las malas yuntas se retoban
y obsesionan con la intrascendencia del destino.
Adulterio de los hipocampos.
Cambian, mudan, permutan y comercian
relicarios por chorizos colorados.
Confunden devenir con epopeya.
Confunden cóndores con adefesios glaciales.
Confunden la vida con la muerte
porque creen que vivir es una operación mercantil
 y lucrativa.



16.-
COMENTARIO POETIZADO SOBRE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS.

Tengo blog/
tengo Facebook/
tengo twitter /
tengo flog/
tengo foro/
tengo página web-pyme/
tengo cientos de mails
en decenas de servidores
cuya contraseña ya olvidé/
yo tuve cuenta en youtube
-adviértase la sutiliza del chiste-
tengo paciencia... /
(de lo contrario ya habría matado a varios muchos)
y escribo como se me da la gana
porque para eso soy poeta.

No tengo móvil pero tengo cortada.
No tengo celular pero tengo muscular.
No tengo verdades. razón pero tengo
No tengo corazón pero tengo auricular.

No tengo plata pero, vamos... así cualquiera.

tengo el vinilo... el vinilo...
el vinilo y el vinillo siempre andan juntos.

ah...y  tengo  si dí
que es el único modo de tener.


17.
SUMA

Suma y resuma,
suma y sigue,
sume, subsume,
consume,
rezuma y racimo,
amaracino en mora,
mejora que ahora
ya es hora,
resina, res ahúma,
Recemos.
aún res hemos,
ser: semos,
ser: somos.
Somos sumos,
y zumos amáracos,
y humos atávicos
e insumos heráldicos.
Cenemos.
Cercenemos.


18.-
ROJEZ.

En la cúspide del precario tinglado,
una mariposa de alas rotas
por las pezuñas de un gato,
montés, por definición académica,
negro por causa de su envidia estratégica.

En el ánfora de aguas claras
un cocodrilo bebé,
borbotea con su lengua de recién parido,
contra el bullicio silencioso
de una luna ingenua.

En el fondo,
mariposa, gato y cocodrilo se asemejan.
Disimulan sus naturalezas
efímeras e intocables,
tranquilos de existir encasillados,
y sin embargo,
se presienten como héroes,
en razón del movimiento perpetuo
que les dio vida.

No me avergüenzan  sus comportamientos
tatuados por la especie,
sin prejuicios ni responsabilidad.
Inermes paradojas del veedor subrepticio.

Y, sollozo, en cambio,
la hipocresía de las plagas orbitales
de tantos hombres y mujeres,
que juramentan su rojez,
en nombre de la Paz Mundial,
y terminarán vendiendo su aprecio
al costo de una bolsa de harina con gorgojos.



19.-
METONIMIAS RARAS.

Calosfrío por el terror de la sangre.
Escalofrío por la emoción del túnel fantasma.
Velamen por los barcos a motor.
El vil metal por el vil dinero.
Tierra por un planeta con más agua que islas y continentes.
La pluma del cisne por la escritura mecánica.
Inconsciente por estúpido.
Cociente por coeficiente (sin intelecciones intelectuales).
Coeficiente por Inteligencia, aunque nadie sabe lo qué es y todos la invoquen como propia.
Ausente con aviso por “le exigiré una buena excusa”.
“Tal vez” por “Jamás sucederá”.
“Casi siempre” por “de vez en cuando”.
“De vez en cuando” por “casi nunca”.
Y ni siquiera, por viceversa.

20
COYUNTURA
La muerte como una coyuntura necesaria.
Pócima que alivia el regateo
de una vida estéril, quejumbrosa,
tiene una elocuencia perentoria,
doméstica y brutal.
No hay fines sin principios,
No hay cunas sin sepulcros.
No hay dar sin desquitar.

Solo existe la concupiscencia del hombre con su abismo.
El nítido guiño es un portento
flameando
más allá de la premura.

21
CINE
                                                                                 Die weiße Rose
                                                       
El taller de Rosas blancas
trama una película en la que el protagonista
se llama Homero,
(significa: rehén de los directores del estudio,
o sea, los dioses de la pantalla,
pautada en Occidente).

Quizás, en el Monte Olimpo
morada de los artistas,
no se aprueben sus hazañas.

La luz de mariposas encendidas
seguirán rondando por la escenografía,
chistando secretos que destrocen su periplo,
en el territorio tortuoso
de un torbellino de electrones.



22
Azeite pra Garotos Podres

Oi, tudo bem com você?

La chomba tenía el perfume
del hombre cascado en la boda.
Barato rematan los sueños
que hieden en rancias botellas.
Portaba en su lengua una espada,
de ésas, que cortan el viento.
Su danza ni bella ni tosca
tornaba cansada del duelo.
Crepitan aún sus estigmas,
impuestos sobre una partida.
Sus manos agitan untuosas
colectas de misa de gallo.
Prosperan las fuerzas del hombre
si alcanza una voz femenina
y queda morando en la bruma
solo una  pregunta en su día:
Oi, tudo bem com você?


23
LA HUMILDE CONDICIÓN.

Ser humilde no es callar
lo que uno vale o cree que vale.
Ser humilde es saber que no pertenecemos a la elite
que decide quien ha de valer
más que uno,
hasta que él mismo uno se convenza
de su impotente idoneidad creadora.

Abomino de las derechas monárquicas
Y dictaduras tiránicas,
con ficción de campeones de la democracia.
Todos seremos El oro de los Tigres,
la rebelión de los humildes de Latino-américa
está a la vuelta de la esquina.

Escupiremos las bocas
de los violadores de sirenas
que relegan nuestros laureles,
a la cocina doméstica
con pollos muertos
sobre la asadera de metal
y cuelgan espejitos de colores
en los baños del subdesarrollo.

Ahora tenemos nombre y apellido,
edad, domicilio, huellas digitales,
exigimos nuestra parte en el botín.
No somos inmigrantes de este mundo.
Era hora de que algo nos pasase
a los desclasados de la historia oficial.

24
ANIVERSARIO.
2005

Ha pasado ya un año,
o dos, o cinco o nueve.
¿Qué importará ahora el tiempo?
La mañana estallaba con bombas y con muerte.
Los trenes despistaron vomitando su fuego.
Cielo chamuscado y sangre en nombre de Al Qaeda.
Un albañil escupe
mientras mira al infierno esperar primaveras.
Heridos en combate
(no hay en el cielo pájaros ni rayos de sol).
Víctimas en silencio y sensibles reporteros
explican la tragedia.

Las voces de los locos
que dicen la verdad,
pululan en el viento
-tampoco verás hongos putrefactos
que vienen a buscarnos-
Nostálgicos de guerra
han regado mi casa
con velos, con heridas,
pensamientos arteros
y un tango en la garganta de la musa confusa.

La infamia cede igual que la vida,
como la fiebre de los infantes,
el dolor sigue,
encuentra el eco de una mirada
amenazante y triste
ante el desaliento que dilapida la especie.


25

Técnica mixta:

Cuanto creíste que iba a terminar el odio,
y abriste el picaporte de la vida serena,
olvidando la quemadura y el picor de la ortiga,
se encendió la fogata de aquellos
que avivan con rencor en las cenizas,
como es habitual
en estos tiempos infames.
A traición te estoquearon
los que muerden el anzuelo de la guerra,
y acedan, a precio módico,
contra viento y marea,
el oleaje de la paz de los viñedos.

No anheles el equilibrio de los santos
en la inmemorial crueldad de los tiranos.

Hay un tramado tibio y venturoso
que no pueden gozar sin sus manjares
servidos en el plato de los reyes,
sobando sus espaldas con minutas
freídas en la grasa de sus pares.

Que hubiera sido de la literatura
sin esos alicates,
alimañas
que mutilan la luna
con ácidos de insomnio.
Que hubiera sido sin esta transparencia
ariete de la cuña del eclipse,
sin el estafador,
sin esos ciegos,
que aspiran a llenar sus billeteras
con yermos mecanismos por consigna.
Qué hubiera sido del grado coactivo,
la ilusión necesaria,
el nombre deletreado,
sin tanto nocturnal que se desploma
como un cuenco  de metal
con puntos suspensivos en la diáspora.
Las conjeturas potenciales
deben ser permutaciones vacías
vestidas de oscuro,
para estos animalitos de Dios,
que prosperan como larvas venenosas.
En la causalidad está el indicio
de fúnebre sequía cuando llueve.


26.
Ascesis.

Si el tiempo fuera un exilio apolillado,
una hecatombe hueca,
una evidencia que exuda  humores  y sangre
por los poros;
si hubiera zafiedad en el genio
y un propósito sacudido
debajo de las crines de una ascesis
poco o sumamente conveniente,
argumentaría desprecio por la virtud,
me calzaría en una piel de lagarto
en llamas,
y trocearía el níspero amarillento
 de ferias  y mercados,
con la nocturnidad convicta
del buhonero que despelleja chucherías,
memez y bagatelas,
bajo los tinglados de su tienda.
Y sin decir ni mu,
juraría
que soy más ingenua de lo que soy
o parezco.

27

La musa de Dalí

De espalda al Universo rescatada,
oculta su expresión de amada inerte,
una musa que estaba acostumbrada
a ser sombra de Onán, hasta la muerte,

con apego ritual se nos subvierte
en arpa salvadora de la Nada.
Desgrana desazón  y echa a la suerte
la trama del revés de la mirada.

Dalí la escamotea, por los celos.
Tapa el rostro, con manto presuntuoso
de repudio andaluz, al invasor.

El grito de la viuda está en los cielos,
vengándose del genio de su esposo,
para que nadie alegue que fue amor.


28.
Coincidencias.

Cualquier coincidencia con la ficción es pura realidad.
Cualquier realidad con la coincidencia es pura coincidencia.

29.
La travesura

Como es el mapamundi  una imprudencia,
un simple pied-a-terre de los fantasmas,
minúsculo mojón de una galaxia
que solo Dios sabrá…
me cubro con banderas de insurgentes,
contemplo mi herradura y mi amuleto,
con suave taquicardia,
y en pleno mediodía,  hago abluciones,
desasosiego intenso y turbias ganas,
elucubrando
que estoy en otro tiempo de la historia,
viajando entre pasados y futuros,
batiéndome en ataques
con bancos de pirañas de hirsuta cabellera
o ardiendo en archipiélagos
con nombres de individuos
que sorben biberones con porfía de atletas:

Pessoa, Samaniego,
Keats,  Coleridge, Tim Jones  o Garcilaso.
Y todo es  tan extraño,
tan vivo y tan caliente,
que apenas me sostengo ante esta travesura,
relámpago de un sueño intraducible
al dialecto de los cronistas
del berrido de siervos reclutados.
Demás está agregar,
a quemarropa,
que  mi ansiedad no calma,
aturdida en cuadernos de bocetos
que nunca llegarán a  ser poemas.


30
El cajón de los Odriozola
                                                                      A Luis y Miguel.

Otra vez  un cajón cerrado
envuelto en una bandera.
 Otra vez sopa.
El teatro popular es una feria,
un puñado de gentes con harapos,
llorando su destino venenoso,
rogando  por honor  y por ventura,
su bruta pertenencia
mojada de sudor y  de miserias.
Con lenguaje modesto,
el cutis arrugado,
en lágrimas estallan muchedumbres,
aguardando piadosas,
el boom de economías fracasadas.
Unidad de compuesta arquitectura
que el féretro masacra
con secretos a voces,
con mentiras gentilmente ilustradas.
¿De qué tamaño es el dolor de un pueblo
con las piernas atadas y el ánimo en el piso?
                                           
En estos tiempos incautados
por la alergia al trabajo y al esfuerzo,
con prósperas mansiones,
lujosos edificios y alta gama
de coches para ricos,
la tendencia  es mirar cómo nos joden
con fraudes por tevé.
La propaganda
se ha vuelto Poderosa Caballera.
Tu amigo necesita una heladera.
Tu padre no ha alcanzado a pensionarse.
Tus hijos no reclaman tu presencia
sino el móvil que adorna una vidriera.
Y si tienes pareja  te perturban:
el alquiler, la ropa, la despensa
y el diagrama del plan para los viejos,
los pobres olvidados de esta saga.
Podrás hablar de sexo o practicarlo
con un vecino adúltero,
seas hombre o mujer, les da lo mismo.
Tu Libertad de herencia  de motines
por talas pornográficas
afloja y se achicharra.
El peso de una cárcel que vigila
con grillos y grilletes
tu optimismo,
podrás soltarlo cuando un gol de Messi,
le permita  comprar  un pie de oro,
al hijo de mil putas que te engaña.


31.
MUJER

Herida al corazón.
Buena noticia.
Estampa sucedánea.
Providencia. Paraguas.
Escollera del sol.
Oleaje sin remedio.
Ánfora insigne.
Prologuista del cuento.
Antibiótico de almas.
Floración del otoño.
Alegoría. Insania.
Guitarra. Cuerdas rotas.
Lectora de novela inverosímil.
Laguna condensada.
Resaca del borracho.
Aedo. Antifaz. Hielo.
Fruición de la elocuencia.
Molino del Quijote.
Ventosa. Cataplasma.
Tauromaquia del lance.
Chirigota de un dios.
Hebra del viento.
Algarrobo.
Pamplina de canarios.
Comezón. Urticaria.
Carrusel.
Acuarela.
Ditirambo gozoso.
Cresta de la explanada.
Semilla. Pulpa. Fruta.
Oro. Sepia. Turquesa.
Vestal desesperada.
Canción para el domingo.
Doctrina apostrofada.
Rincón. Madera. Nervio.
Zumbona. Paliativo.
Llanto sin lágrimas.
Ladrón de guante blanco.
Cesura huidiza de bohemia canalla.
Andina criatura.
Modélica. Retruécano.
Felina amancebada.
La novia del diablo.
La madre acuchillada.
Fugitiva tormenta.
Diosa del Hades. Cólera.
Matorral. Corderita.
La rosa ensalivada.
Dique. Alondra. Paisaje.
Corpiños con encaje.
Polen de trigo.
Almendra.
Savia. Golem. Belleza.
Antítesis del hambre.
Paloma amordazada.
Paradoja. Proeza.
Algoritmo de nubes.
Mutual.
Copa de vino.
Cristal.
Piel. Redundancia.
Con cierto desconcierto.
Erótica. Selvática.
Riñones del poeta.
Mitológico Grifo.
Telescopio de Marte.
Tregua. Caos. Ovillo.
La Maja desnudada.
Traidora de los presos
expertos en escapes.
Hoz. Martillo. Guadaña.
Suburbio. Mar. Leyenda.
El empeño de amarte.
Centinela. Guardiana.
Morena vehemencia.
Diluvio. Partitura.
Afuera/adentro/ al lado.
Sotana purpurada.
Testigo. Amor. Intríngulis.
Sortija. Centinela.
La tácita nostalgia.
Almohada de los besos.
Resorte. Gubia. Cábala.
Bargueño con herrajes.
San Telmo. Casablanca.
Subrepción del gerundio.
Refutación. Hornalla.
Madrastra. Cenicienta.
Dedal de los enanos.
Incertidumbre. Danza.
Conjetura del cielo.
Desvelo. Benjamina.
Manual de noches largas.
Adiós. Adioses. Yunque.
Mareas y palabras.

32
Fabricando un poema

Encontré un montón de buenas palabras,
materia prima imprescindible
para fabricar un poema.
Les quité el polvo.
Las ordené sobre el escritorio, en fila india.
Les planté una escarapela sobre el cuerpo mórbido
y me dispuse a escribir
con la seguridad del oficio
y la inspiración bajo el brazo.

Varios días las prediqué:
Corazón de María. Madre nuestra…
Pero, el poema no aparecía.

El deber llamó a mi ventana:
Pagar la cuentas,
procurarme el sueldito,
barrer los pisos.
Subsumir la dignidad en diario memorándum.
(Sucundum, sucundum).
En fin, ejemplos triviales.
La cotidianidad de la no-muerte
en empeños domésticos.

La imposibilidad de lo imposible
y las filtraciones de la lengua
me dejaron varada
en un célebre primer plano,
con lo inaudito del ritmo,
lo inaudible del tópico,
la tibia disciplina
del principio de la frontera oculta.

Volví a la mesa de trabajo.
con visiones ilusorias
y multiplicidad de ejemplos,
que hirieron de repente
con su simple brizna,
condición e intervalos
de vanas herejías.

Travesía dorada de arbitrario epicentro.
Corpus en remisión.
Argumento, distracto  y guía.
Suplirnos vulnerando el tedio.
Trillón de enigmas
tirados al azar en la hoja seca.

Intentar lo intenté.
muriendo en la constancia,
con carta lacrada,
pulsador  y timbre.
con traje y en camisa de franela,
con novilunio, sol, tormento lento.
Con vestidos de seda
he tentado a mi musa
encallada en la cumbre de montañas y aludes,
en el aire borroso de ríos esplendentes,
en físicas planicies y cataratas áureas.

Inútil pasatiempo.
El poema no arriba.
Contumaz, vagabundo.
El poema no arriba.
El poema se encharca, se enloda, se abandona.
Se pierde en los tropismos,
araña las orugas,
gatea como un crío,
desciende al sumidero.

Lo poeta se cansa.
Comprende que la vida es mariposa
horizontal y efímera,
embriagada en botas de vino.
La poeta abandona.
Comprende que no escribe la palabra,
escribe la presencia.
Comprende que sin el palmo amado,
sin la boca cercana de su beso
la falla torna en grieta
y el calor lo consume.

La lección se termina.
Mañana, seguiremos al acecho.


33
Fisuras anales.

Como Eros siempre ha sido
el demonio  encarnado
y es más desagradable que el insulto
que profiere  el ignorante
que no sabe que lo es,
la Buena Sabiduría
se aparta de los rústicos plebeyos,
por cuya vena ácrata y vulgar
se delata la humillación de arrodillarse
ante el prestamista bautismal  de los herejes.
El ángulo y el lado se confunden
en una atónita coreografía
de exangües  secreciones cochambrosas
que exhalan los alientos embozados.
Lo bíblico y lo impúdico hacen fiesta
a lo largo  y lo ancho de la costa.
El verde del lagarto, espada roja
de las caballerías apostólicas,
sursum corda.
Nadie comete asombro en  los rituales
de voluptuosidades  u  opulencia
en vaga perspectiva.
En la penumbra todo es raro,
mas, cuando hay  brillo, indefectible.
Las fisuras del tiempo son anales
que ocultan  cardenales o hemorroides
debajo del secreto  de  conciencia.
El patíbulo es breviario del infierno.
Las huellas del sudario: el despilfarro
de las blancas fumatas vaticanas,
ante mudos  auspicios del narcótico
que clama su derecho al genocidio.
Descubrir el bálsamo que cure a los imbéciles
pertenece a la orden de la Alquimia.
La épica que canta este poema
no es sino otro episodio disidente
contra el sanctasanctórum de la carne
germinada en infames  linotipias.
No obstante,  existe el Ser
que los perdona,
que ve en la oscuridad de los recintos,
con luz de una libélula argentina
y le quita las costras al blindado,
sin dudar que su voz  será escuchada
por atentos corderos doloridos
del estigma del hijo y de su madre.



34

La muerte descompaginada.
A Mario Vargas Llosa.

¿Quién pudiera tener el tupé infame
de enfrentar a los viles poderosos
para darles la mano en la distancia?
Solo la muerte descompaginada.
Sus ritos y tonsuras.
¿Quién osa presagiar lo inevitable?
Vanidad como un vínculo de sangre.
Está el mundo entre cosas cardinales
rumiando en las orejas de los cuerdos
la nueva negación del andamiaje.
No encuentran ocasión los avatares
de ser su propia esencia sin legajo.
El cráneo está en la nuca del hermano,
la boca para el verbo repetido.
Los que nacen y crecen son los mismos
esclavos, de repente arrepentidos.
Les remuerde la historia y la hipertrofian
como el escarabajo que no llega
a ocultar su alimento desastroso,
los tímidos, funestos guardabarros,
que niegan lo que saben por exceso.
La hora del dolor,
las tibias horas
del alba o el albor,
de la alborada,
sollozan con gargantas anhelantes.
El monstruo tiene miedo del fantasma,
la luna se recubre con banderas.

35
Paradojas / Falsificaciones

Hablando de estrategias y locuras,
la causa se convierte en enunciado
y el índice de manos con que esculpen
artistas, necios, roncos y profanos,
vetusta sordidez
de emblemas y oropeles,
arraiga con misiones sublimadas
la fatua insensatez del esqueleto.

La lente falsifica en los retratos,
la cámara luctuosa es el milagro,
el tropo traslaticio, un argumento:
la génesis de cada consecuencia
denota hipocresía.

Copiador y copiado son el mismo
verídico estatuto ornamental
de ríos secos.
Transparencia borrosa,
derrame de una ofrenda
que contradice el trueque,
exorcismo de un desmantelamiento,
que  cede a los rigores del cacique
cerbatanas de un plagio.

Usurpador y usurpado han expoliado
la corteza de un velo descorrido
con furor espectral
entre  agitados himnos
de tinta libre e indeleble.
Gestaron en su idilio
cognación de las sílabas esquivas
que el hombre ha pronunciado:
El terror a la muerte.
La idea disidente del  autismo.
Paréntesis  del signo, con su rumia
de advenimiento al  mundo y lo creado,
en episodios que van en retahíla,
con rastros de una imagen de concepción virtuosa.
El ríspido pecado original
contra prebendas  de magistratura,
como los lirios de Santa Lucía
con flores azules y blancas
que  siembran en el pecho escaparates.


36

Lamentaciones por Charly García


                                        “El dolor deletéreo del cadáver”  Fiódor Dostoievski  en Los hermanos Karamazov.



Ay,  colega,
poseído de murrias y extravío,
aún dudamos que seas  verdadero.
Tus auténticos dobleces
reconozco
como un azar de leones,
en forma de sentencia combinada,
desde un orfelinato  sin materia.
Con un vago contacto en el rocío,
furiente y destronado
por el Sumo Pontífice en la Pascua,
te exonero.

Carezco de opinión por tu persona,
cambio rima y final de ambivalencias,
pasando un mal momento.
Coronado epiléptico en pasiones,
como autor del delito intelectual
de rebeldía,
luciendo  contra chivos expiatorios,
la sombra lútea,
profusa,  irresponsable,
de una banda de ladrones malparidos:
Mirá que la tenemos peliaguda.

¿Perder nuestra fortuna?
¿Desdecirnos?
¿Abogar por chantajes y dineros,
que solo pueden convertir en piedra
la estatua del  futuro asegurado?
¿Sentirse ese vicioso despreciable,
corrompido en trivial desasosiego?
Mejor será
mirarse en el espejo y escupir
el olor deletéreo del cadáver,
en torsión de eufonía catastrófica
con triste futilidad de occiso en el periódico,
cargando los zapatos de la inepcia
en un otoño antagónico y pluvioso.
Me quedaré sin un amigo
si viajo por mal tema susceptible,
aunque no pueda decirse
que mis viejos amigos sean amigos
pues la farsa da igual quien  la gobierne
o reine desde el cielo en su liturgia.
Adulteramos tu  prosa como novios
que repiten  ceremonias  refractarias,
con  zares y monarcas,
sus mafias  y adulterios,
y el doble que nos juzga en otra orilla,
alimentando con dejadez
pretéritas revoluciones  eremitas
que reportan a cuatro gatos locos,
que deberían estar diciéndome
que soy un cobardón,
un infeliz  con prisa,
que hace versos catárticos por tedio,
en lugar de afinar cancioneros del olvido;
pese a la defección que nos arrastre,
lejanos de la culpa
de no ser el ombligo de este mundo;
liberando a las viudas de su suerte
abyecta y miserable,
con jangadas de verbos y molienda,
sustancias clandestinas,
arriesgados  a morir en  áridos desiertos,
aunque crean que soy quien los demanda
con mis empresas hueras de talento,
incapaz de ser  héroe o antihéroe
y sin tener salida alguna.
Maldiciendo.

Porque soy una cáscara sin jugo,
una holografía trucada por expertos.
¿Cuánto hace que estoy muerto
sin pensar en el suicidio?
No me interesa que me laven el cerebro.
No estoy de humor para embozos  ni  santuarios.
Las personas como nosotros,
que escamoteamos las  normas morales,
arrastramos serpientes,
involuntarios homicidios,
desgravando  millones, a cuestas del subsuelo,
que se reducen a un testamento de papel
y crímenes impunes,
conspirando  en la inconsciencia,
vasallaje del piojoso.
Ni mi boca diserta la  verdad
ni miente este turbión de repentino exabrupto
de indígena, que come con las manos,
que no sabe de higienes europeas,
encadenado en una vida que encogió
y no puede quitarse ya de encima,
aunque digan que nunca es tarde
para arrepentirse y llorar.

Soy polizonte.
Me he inventado seudónimos y máscaras,
manjares de artillería de bandidos,
relojes sin minutos ni segundos,
simulando un avaro inquisidor,
un idiota infernal,
un mezquino patológico del tiempo
que pasamos soñando  en librerías;
portadores de un látigo escondido,
en pliegues de  cordeles y neuronas.
Medicados.
Sin saber lo que está fuera de la piel
que nos recubre con  tuberculosis,
vitíligo, pendencias o demandas.

37
CONFIDENCIA.
“Somos nuestros propios demonios,
nos expulsamos de nuestro paraíso” – Werther.

La noche, con sombrío velo,
mascarada,
acicatea nuestros emblemas legionarios.
Deambula.
Desespera.
No tengo alma que me pertenezca
ni estoy contenta.
No me seducen las tropicales brisas
de la alborada.
Bailo la milonga de los entresuelos
frente a bibliotecas afligidas.
No tengo amigos insepultos.
Ni  aliados ni adversarios tengo.
No tengo discípulos que me esclavicen
ni calcetines ni tiburones,
ni amargas noches ni noches negras.
No tengo sed.
No tengo deudas.
No tengo plasma.
No sueño pesadillas de lavabo.
Llegar a ver a Dios
es mi pesimismo
y mi mortaja.
No tengo afanes de meretrices,
ni lectores inocentes,
lo digo sin sentir vergüenza.
No estoy demasiado lejos
de los muertos opulentos,
de los pobres muertos encadenados.
Sin embargo: Alerta Rojo.
No puedo dormirme todavía
Ignoro el porqué.
El demonio es plural, dice San Lucas.
La oscuridad nimba y me estalla.



38
Eva en el paraíso.

Abrió los ojos.
Degolló al carnero redomado,
como en un ejercicio cotidiano.
Fue  la hija del Titán.
La antagonista.
Fue  Musa y Venus,
diablo endemoniado.
Caminó sobre el mar con libido de sirena,
donó su vientre
a cambio de  un futuro prodigioso.
Amó con el espíritu en la carne.
Un puñado de hojas mustias reverdece
en las manos de vírgenes sinceras.
¿Qué puede adivinar el gato de Schrödinger
que el mes de junio no intuyera  de antemano?
¿Qué hay dos rumbos posibles?
¿Nacer-Morir?
¿Resucitar en niebla de Mesías?
Aquí habita nuestro invierno
y lejos el verano
es un anacronismo conocido,
con fatal desenlace para ambos.
Los planos son curvados en  el cielo,
en razón de la senda obligatoria.
En el infinito, las  paralelas se cortan
y nadie sabe si es verdad la Ciencia.
Las mojigatas flores silvestres se desnudan
en las playas desiertas o con grutas,
y se visten con pieles de cordero
los lobos furibundos
si las piedras adánicas husmean.
Ha nacido mujer  de una costilla
del unívoco efebo de los sueños,
que fuera Hecho de Tierra
con un soplo
de música silbada por  estrellas.
En este manuscrito,
con sus versos gastados de epopeya
y vicios de sintaxis por la afasia
de una ausencia precoz,
hay algo de invisible a los oídos
de aquellos  que conspiran con visera.
El estampido de un cañón avisa
su eterna persistencia de enemigo.
Es una guerra.
La fértil  emisaria absorbe toda culpa
como madre de un  hijo caprichoso.
No encuentra una manzana sino un mundo
por salvar de sus fuegos y avalanchas,
morteros, avatares  y renuencias,
en el oasis donde se ha esculpido
-díganlo de una vez y hasta el cansancio-
una diva emergida de las aguas
víctima de una destinación que la acorrala;
con paciencia de planta,
igual que un eucalipto originario,
con poderes balsámicos.
Su flora
se desflora entre los dedos
en una antigüedad  ingrávida,
levemente  remota.
La tortuga es un símbolo de hembra,
la marina y terrestre criatura.
La tortuga se ajusta a un nuevo péndulo,
esconde su cabeza
en un caparazón que la clausura
del caos que acontece;
y su huella es  tan lenta como el trance
en que Eva descubre su locura,
después de una vigilia milenaria.
Expectante y sumisa,
 recobra  y descalabra
 la oruga que la oprime.

No nos vengan con cuentos  de mascotas,
historias de monótonas historias.
El quelonio es Mujer como Dios mismo.
Punto de mira y de inflexión.
Su rictus. Su vigilia.
Ímprobo obstáculo
que tuvo que sortear la Mitológica,
para ser aprehendida en nuevas redes
de espejos roncos con fácil oratoria,
sin dar un paso en falso,
destripada.

Por esta noche,
me quiero ir a dormir
al paraíso, sola, sin nadie alrededor
que balbucee
si el huevo o la gallina o lo contrario,
sin lenguajes que digan vaguedades,
refranes insolventes,
ni sombras de Verdad  indubitable,
hasta el Final del Juicio de los Tiempos,
como hizo  la tortuga
en el primer anclaje al parlamento,
depuesto  por  su espalda y su constancia,
para arribar, espera que te espera,
a naufragios veniales
que prefiguran y absuelven
maltratos vejatorios y humillantes.
de fría e insolente reticencia.

39
PROPUESTAS
(Para Ómphale de Lydia) detalle obra de Johann Heinrich Tischbein

Fundar regias dinastías.
Encontrar la luz que se nos niega.
Abolir los secretos sin espada.
Vestir la piel del León de Nemea.
Intentar cambiar las leyes naturales.

Poder.
No poder.
Poder.

Atravesar la dimensión de los ciclones de infierno
sin muerte ni castigo.

Barajar y dar de nuevo.

40
EL HOMBRE PRIMITIVO

El dolor es imperativo.
Sigmund Freud.

El hombre primitivo no conoce
prebendas, majestad, soberanías;
su pánico es aullido de las bestias,
su libertad, cautiverio de leyes.
El hombre primitivo no fornica,
no sabe qué es robar;
codicia la belleza irrefutable,
contradice la lógica euclidiana,
ignora que en el fuego hay un secreto
de metales, neurosis y armamentos.
No analiza la vida.
La contempla.
Su existencia es un puro pacer
y defenderse;
no solloza ante sus crías famélicas
ni escarmienta.

El salvaje es hostil al alegato,
al vuelo de un abrazo de paloma,
al verso del poeta dolorido.
Ignora los  tabúes y etiquetas.
No silba, no pregona,
no encarrila.
Se abastece de lluvias y raíces
y si enfrenta algún demonio
lo respeta.

A decir verdad,
a veces lo controlo,
le ordeno que se calle o se someta
a ceremonias rituales implacables
del ínclito presente manifiesto,
que se lave los dientes,
que peine su angustiosa cabellera,
que olvide sus memorias de inconsciencia,
que se calme, se excite o se comporte,
que acepte que es mortal en apariencia,
que sea responsable de sus actos,
que firme rendición con los engaños,
que asista a funerales
y que mienta.

El hombre primitivo se acobarda.
No entiende mis idiomas ni discursos.
El dictamen del juez de infantil actitud
lo desconcierta.
Es hijo de mi padre y de mi madre.
Está dentro de mí: es Lucía Angélica
pugnando por salir de su escondite,
caníbal, antropófaga, incompleta.

Agazapados  en  vísceras y en nervios,
en  dos cuerdas vocales sin creencias,
lo injusto de morir no nos perturba.
Su tendencia a escapar nos desespera.

41
HIJUELA

Quien participa en el caudal del polvo,
que heredamos los nietos del dialecto,
bajado de los barcos,
 en tercera,
con los bolsillos llenos de promesas
que atestiguan  carencias  y pudores,
exhorta al escozor;
igual que los turbios rescoldos
de brasa refractaria a las pasiones,
que queman con su fuego el vaciadero
del anticuerpo inmune,
que debe  restañar la sangre
vacilante
del amor circunscripto a postulado y
prestidigitación.
Somos simples tablones de los aserraderos,
con diferentes tintes y tamaños.
Para construir muebles, hemos matado al árbol.
Para sembrar el árbol, mordimos la semilla.
La semilla del fruto,
despojado de su carne mollar,
nos dará sombra,
mientras nosotros aprendemos
a enunciar oraciones
gramaticalmente incorrectas;
invirtiendo en lunfardos de lenguas populares;
pagando en efectivo las minutas;
la venda que nos cubre
la flema y  la paloma.

Hemorragia insensata por doquiera:
Adquirimos vocablos que nos sirven
para denominar al gran (Ob) Servador,
adjetivo poético de Júpiter.

La fuga de cerebros ceñida a los estrados,
donde una hijuela rompe un inventario
de  bienes y de ruinas,
es una fórmula cargada de triquiñuelas,
de evasiones que desplomaron
a contraluz
su correlato:  Zona franca.

Agrura esclavizada en estridencias
de “los descamisados de alpargatas”
 y  blondos “nenes de mamá”
que recitan discursos rutilantes,
importados de Cuba,
fabricados en las mismas tienditas
del macarrónico mercado
que exporta bancos,  tiempos de  hamburguesa,
malestar, bufos, mimos, cocaína,
resonancia de Hollywood,
guerra virtual, ciclones, hecatombes,
sexo, trompeta, saxo  y clarinete.

Un mundo amarillento,
adoctrinado
por propaganda y lluvia a goterones,
con gemidos de turba
que rastrea al bisonte de Altamira,
y enjuga testamentos como ofrenda.

Juntos hemos creado los abismos
más horrendos,
que separan  al ángulo y su espejo.

Juntos van a pastar nuestros futuros,
que marchan juntos,
con una mano atrás  y otra delante.

42
LIBERTINAJE.

En el umbral de las palabras,
del lenguaje gestual
o la experiencia
hay una zona gris del pensamiento
en la que mora asustada
la libertad
con su manía de definición,
su despertar instintos,
sus derechos.

No hay nadie que presuma que ella existe,
ni nadie que descrea que esclavice
con su voz seductora de anfitriona
del palacio sutil de la conciencia,
la vitrina hecha añicos
de la especie animal.
Su excusa y desenfreno manifiestan
que incluye un requisito inexpugnable
en todo amoldamiento;
preconcebir la inicua contracara
de la hermética fe
que la ha prologado,
un vicio del que pocos hoy se acuerdan
que avanza lento como la hormiguita
atestada de lemas y zalemas,
y se instala en el nauseoso altar de la inminencia
que prefija amenaza
insistiendo en vulgares parecidos:

Libertinaje.
Ronquido escandaloso,
la grieta irresponsable,
el brindis de un Satán desvencijado
con frondoso historial de malas artes,
chauvinismo de una patria que excede
la audaz frontera del conflicto.

La palabra –se ha dicho- no es la cosa.
Pero, ¿cabe dudar que no lo fuera?
¿Es solo el ofertorio de un estado
de plena convicción y raciocinio?
¿Está en el núcleo de la espiga el trigo
o apenas su entrevero imaginado?
Ser libre es ser feliz.
Su pantomima
es el sable que empuña, en la emergencia,
su despropósito;
Libertinaje es visión;
el frenético barro en la cuneta,
en que mete su pies el disoluto;
el estado de angustia ante el deseo
de ser el Inmortal superviviente;
el poderoso monstruo
del reglamento aún desconocido.

La libertad está colmada de absoluto.
Es obra de los rangos superiores,
la secreta censura de los labios,
la savia de los árboles;
señal de acercamiento
del yerro y la magistratura.

El libertinaje, en cambio,
sin venda, por la ley totalitaria,
ofrece tentaciones infinitas,
en la huella perdida de lo ilícito.

Salgamos en rescate heroico,
del sustantivo oculto de sus fines.
cumpliendo una misión de humilde ética,
evitando negar sus corolarios,
que no por innombrables,
se tornan ilusorios.

43
CONFUSIONES
A fray Luis de León

Dicen que la Vida es Poesía,
un carnaval de caras y caretas,
Dicen que la Vida está en la Mente
de los sueños que sueñan los poetas.

Dicen que es verdad lo que es mentira,
porque siempre es letal renunciamiento.
Dicen que es un pozo y una sombra
una argucia y un velo, un escarmiento.

La firma de la Vida
es el gancho que agrego al documento.
La voz a ti debida.
La manzana mordida.
La Torre de Babel y el pensamiento.

La lección de Derecho.
La huella sospechada en la laguna.
El borde contrahecho.
Tu mirada en mi pecho.
La Summa teológica y la cuna.


La noble encarnación
con veleidad de viejos exiliados,
las flores de estación,
la fe por la oración,
el aullido de los enamorados.

La Vida es la Retórica.
Lo que quieras sentir con la metáfora
de su canción folclórica.
La Vida es categórica:
Ser en su muda esencia: hueca anáfora.
--

44-
FRÍA MADRUGADA.

Yo no sé qué escribí.
Lo habré olvidado.
Acaso nunca he escrito ni una sola línea
que no hubiera sido preconcebida
en la transmigración,
sobre el pasto y la tierra bajo el cielo escaldado,
en las tibias arenas de las playas,
con hedores velados por el heroico enjambre
de los antecesores de la especie.
Habré olvidado, también,
que previo al malestar de este presente,
la mente
se ocupó de entender por qué hay misterios
inapresables, fatuos y caóticos,
que viven en el fondo submarino,
al que no llega sol ni luz alguna.

No intento la catarsis de un poema,
ni busco un despertar de la inocencia.
Modestamente,  apelo a ciertos cánones,
para que sepas
que
me desvelo en la fría madrugada,
de mi barrio cetrino en las afueras,
salvado de las aguas  que desbordan cloacas
en una inundación de pesadilla,
pensando en vos y en la canción ridícula,
que aunque nos parezca superficial o fácil,
deletrea tu nombre
que engasta en el recuerdo de tu ausencia,
como piedra preciosa en una joya,
oráculo de brujos sin señales.


45
LUJO

Dio clases para aprender a pensar.
Cobró carísimo.
Fue siempre un lujo para pocos.

46
Los broncos nubarrones.

Admito haber vivido equivocada,
cruzando las fronteras del destierro
con una camiseta imaginaria.

Procuro crear cauce en anaqueles
colmados de estaciones y de Biblias,
tensando morbidez y desaliento.

Admito presidir tu dormitorio
vestida  con piyama  de sedas naturales
y andar por la escalera con pantuflas.

Procuro ser la párvula inocente
que construye  epigramas,
que en su próxima vida serán gestos.

Admito que procuro no soñar
los instantes del flash
en que piden perdón,  tus ojos sin respuesta.

Procuro no perderte pero admito
que la lluvia sonámbula de hoy
es como un torbellino inexpugnable.

No puedo persuadir al aguacero
que nuestra avellaneda está asolada,
enferma de humedad,

adolecida de ángeles y estrellas,
de tanto andar hurgando  por tu sombra,
a la intemperie,
bajo oscuros y broncos nubarrones.

47

Perdedores
El que busca encuentra, y el que olvida pierde.

48
LA NOCHE DE LOS TIEMPOS.
 

Llegó la noche de los tiempos.
Comenzó la cuenta regresiva.
Es hora de rezar y hacerse cruces.
El vientre acribillado lo desea,
el ojo alerta esquiva la mirada,
... pero en la calle cae
como un rocío,
una lluvia monótona y pequeña
y, en las veredas astrosas,
los búhos
rondan la sobremesa postergada,
sin haber recibido su plato de comida.

No me abandones, amante.
Cual si fueras el idiota parroquiano del bar
que se inventa el relato dionisiaco
de una vida cicatera,
roñosa, espeluznante,
socorreme del tedio de los lunes.
La copa se ha atestado de borrascas.

Abate un rayo la acera que blasfema.
Un orquestado ejército de sombras
invade la cama virgen con horror
cuando duerme la ebriedad de los tapires.
Baile de la caracola y el gusano,
en el mes de diciembre del 2001.

El agua de las nubes es el llanto
del mono que no aprende ni escarmienta.
Pesebres, truenos, lamparillas,
negocios vanamente decorados,
muñecos gordinflones
con vagas inquietudes futboleras,
pinos enanos y cacerolas de aluminio
que nunca volverán a percibir
el peso de la ceniza en su espalda.

Se compra con monedas fariseas,
una ardua devoción con rodillas maltratadas.
Se acomodan las pálidas estrofas,
sin ganas de gozar,
como asexuados presidiarios,
en la implacable falta de poesía
de otra Navidad que se acerca
y nos encuentra solos y mudos,
siete años después de la esperanza.



(año 2008)

49

La prisionera.

Si abrimos una puerta y descubrimos
que somos prisioneros del siguiente
mandato de la Ley y su expediente,
la ciega frustración de nuevos timos


nos hace recordar que fuimos primos,
en este universal y permanente
sentir que la ambición es diferente
del modo de vivir que compartimos.

Se agita como el mar nuestra inocencia.
El afluente del río desemboca
su inquietud en la atmósfera aparente


de entradas y salidas. La conciencia
es deseo del deseo. Tu boca
ocupa cada espacio de mi mente.

                                    ***

Confusa y agitada mi desdicha,
aunque admire otro cielo transparente,
en el próximo estadio, de repente,
se niega a abandonar la carga chicha.

En la ruleta humana cae la ficha,
que elige ganador entre la gente
que bulle y que propaga la simiente
del dogma redactor contra la dicha.

¿Qué sabe del amor la cobardía?
¿Qué intuye de pasiones la renuncia?
El miedo es el motor de la pereza.

El cuervo, promotor de la homilía.
Si Dios no admite la Verdad que enuncia:
¿quién vendrá a empolvarnos la tristeza?


50
El Príncipe de Gales
"treinta huevos, diez pesos"
tiene la nariz roja de cerveza
o de hartura,
el pelo colorado y un tatuaje
en el brazo dormido.
Por eso, lo llamamos
El Príncipe de Gales:
su enorme parecido
con el real tocayo que vive en un palacio
asombra al transeúnte.
Por la mañana pasa
con su grito atorrante:
"treinta huevos, diez pesos",
porque anuncia los huevos con furgón y parlantes.
Unos huevos caseros que alimentan familias
y abastecen el hambre
de los barrios humildes
y los barrios privados.
¡Qué huevos esos huevos, amarillos y bancos,
maná de los corderos
del Príncipe de Gales!
El Príncipe de Gales
nos sonríe sin dientes,
envuelve, cobra y vende
"treinta huevos, diez pesos",
con su porte inefable.
El Príncipe de Gales
domina continentes,
planifica las guerras con su falda elegante
y se ríe con nobles implantes y ortodoncia.
El Príncipe de Gales
se gana su sustento con imperial recaudo:
nieve, llueva o truene,
"treinta huevos, diez pesos"
treinta veces comidos
con una libra y media de esterlinas sin fondos
al Sur desheredado del Príncipe de Gales.
El Príncipe de Gales
no comprende de cuentas,
no sabe Economía,
los bancos no le prestan, pues no los necesita.
El Príncipe de Gales,
el otro, el argentino,
no comprende de cuentos
ni sabe Economía,
los bancos no le prestan, pues no lo necesitan.
El Príncipe de Gales,
changarín, buscavidas,
ofrece huevos grandes
a cuatro la docena.


51
El umbral de la calle Zeballos


En un umbral de la calle Zeballos
alguien dejó un zapato de cuero negro,
de mujer, casi nuevo, con un taco roto.


Un solo zapato.


¿Qué hacía allí un solo zapato de cuero negro,
de mujer, casi nuevo, con un taco roto,
sentado en ese umbral,
esperando,
esperando...?

52

A todos aquellos:

A todos aquellos
que no marcan distinciones
entre bálsamo y hedor;
a todos aquellos
que tengan obsesión
por la salida mística,
a pesar de la noche del año
en que se admita;
a todos aquellos
que detestan las anáforas
y la melodía satánica,
tanto como sus caras
ajadas frente
a los espejos en liquidación
del olvido.
A los pájaros perfectos,
a las mujeres y hombres imperfectos,
a las parejas abnegadas,
a los que extinguen la llama de la libertad
y crecieron comiendo caramelos Media hora,
con la boca hambrienta de aceitunas o aventuras;
a los camaristas del crimen
con verdades ayunas de causalidad y justicia.
A los vecinos de las ceremonias
que cantan villancicos deslucidos;
a los autores de la razón de mi vida,
a los chiquillos aficionados
a escribir cartas de amor;
a los laicos feligreses del descontento popular;
a los que juegan
apostando  morir en sus camas;
a los panaderos
que no arreglan televisores
y a los fabulosos electricistas
de linterna a pilas
y taladro mecánico.
A todos aquellos,
en condiciones de vivir
un día más,
bajo el sol estereotipado de  primavera,
con niebla o lluvias torrenciales;
a los violadores de la Ley seca,
a reglamento;
a los comisarios de a bordo
de aviones desaparecidos
en el Triángulo de las Bermudas,
a todos los etcéteras,
sobreentendidos e implicados,
que pueblan este mundo in fine:
les encargo mi alma,
para que la salven.
De momento,
no me toca sino recordarles
que las puertas cerradas del infierno
arden en llamaradas acuciantes
y se oyen, desde lejos,
abucheos a los torturadores.
Y que sepan,
de una buena vez,
que una existencia honesta
o desquiciada
se consume
al precio promocional de un paraguas
de alquiler,
subastado en Disneylandia.

53

Lo duro y lo blando.
//
¿duro o blando?
¿blando o duro? //
duro / duro /
de durar /
blando / blando…
como el agua blanda
de naranjo en flor /
naranjo en fruto /
naranjo en el color
de la naranjada /
naranja /
hada /
gracias / de nada /
blando /
entonces, como hablando /
y duro de oro /
oro de orar:
rezar / abogar / exhortar /
me ablando /
blando como blanco /
duro como piel dura /
nada dura /
mejor blando /
blandura /
la blandura dura /
dura y dura como una pila
de duracell /
cell: célula / celda /
cell: ser una célula en prisión /
¿dura o blanda? /
ser o no ser / ésa es la cuestión /
cuestión que perdura /
y ablanda a-blonda /
como rubia blonidinense /
tengo un blondo hondo /
que es naranja /
color y complementario /
del azul del cielo /
del azul del mar /
mar de martes /
de miércoles de gris ceniza /
mas sin ceniza /
ni Cenicienta /
ni Rey / ni mar / ni duro /
ni opaco /
ni suplementario /
del ángulo complementario /
con blanda ceniza del tiento /
del tiempo y del horario /
del oscuro escenario/
del diario vivir //
¿blando o duro?
duro ablando /
los tiempos son duros /
los tientos son blancos //
hay que elegir el color de la tiza
del tiempo / que atiza
su textura / su tersura /
su arco iris de bravura /
a ultranza /
con cuerpo y mente /
duramente /
mentalmente hablando
sin detener el reloj /
entrando en su grieta blanda
e infinita-mente blonda /
de un blando blanco a su lado /
iluminado por grises naranjos /
y con negros matices azulinos /
para que todos sean felices
y coman perdices /
echando raíces /
sin perder la vida
en las opciones de la vida /
para acceder sin prisa y sin tardanza /
al misterio blando de Dios.